miércoles, 5 de agosto de 2015

La jornada única no es una moda

En el marco de esta concepción de políticas educativas, cada gobierno y, en concreto, cada nuevo ministro o ministra de Educación llega con nuevas ideas que considera la panacea y aplica sin mirar cuáles serán sus verdaderas consecuencias. La “moda” que impuso el actual gobierno de Santos en su segundo periodo fue la jornada única, que aparece en el plan nacional de desarrollo con un periodo de ejecución a casi 15 años.

El gobierno está proponiendo este programa en el marco de unas políticas de ajuste fiscales, del racionalismo económico y de instrumentalización de la educación y del docente; bajo la fórmula de menor inversión mejores resultados. En la práctica, quiere implementar la jornada única con los maestros y las escuelas que hay, haciendo abstracción de la profunda crisis de la educación pública.

FECODE dice sí a la jornada única —de hecho, está en la Ley General de Educación que se negoció entre Fecode y el Gobierno—, pero implica inversión para nombrar nuevos maestros no por contrato ni por horas, además de construcción de nuevos colegios, dotación, infraestructura, trasporte y mejoramiento de los que existen con cobertura total.

El gobierno la ha reducido la solución a la crisis con pasar de 6 a 8 horas o de 11 a 12 grados. En esta perspectiva hay un distanciamiento grande con lo que FECODE entiende por calidad. No es un problema solamente de alagar el tiempo en la escuela. Es un problema de replantear profundamente el sentido de la educación, de preguntarse por el tipo de sociedad y el tipo de ser humano que queremos, que el Estado está obligado a formar; en ese contexto, determinar qué papel va a jugar la educación en esos ideales.


En ese sentido, lo que el gobierno está haciendo es ampliar el tiempo para repetir lo mismo, con las mismas falencias; porque el proyecto del Ministerio no incluye cambiar las condiciones materiales, económicas y sociales donde está situada la escuela. Para FECODE no es cuestión de seguir modas, hace años ha sido abanderada en la implementación de la jornada única, pero en condiciones adecuadas, es una responsabilidad de los maestros y maestras contribuir a un mejor futuro para sus alumnos y alumnas.

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